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“¿Es usted Gustavo?â€
me preguntó una amable señorita con acento venezolano.
- “siâ€
respondà yo con la austeridad que me caracteriza.
- “pase puesâ€
respondió ella, y tras seguir sus indicaciones me encontré
sentado en la silla delante del dentista, que a priori tenÃa un
aspecto un tanto locuaz.
- “¿Cuántos años
tienes?†me dijo el dentista con el mismo acento
venezolano.
- “26, yo venÃa para ver
si tenÃa alguna caries y para ver que tal tengo las muelas del
juicio†dije yo en un alarde de extroversión.
- “espera que te mire Mariano,
digo Gustavo, es que Mariano era uno de esta mañana, perdonaâ€
y se puso a mirarme la boca.
- Después de 10 segundos de observación me dice: “pues
tienes los empastes perfectos y no tienes ninguna caries más. Te
harÃa falta una limpieza de sarro. Y en cuanto a las muelas del
juicio yo siempre aconsejo quitar las cuatroâ€.
- Yo sorprendido por su rápido juicio le dije: “¿Pero
como las tengo? Es que yo la de abajo creo que me está saliendo
y ya tiene cariesâ€.
- “Si da igual, si estén
como estén lo mejor es quitarlas. Las muelas del juicio no sirven
para nada, son algo inútil, ¿y para qué vamos a tener
algo inútil en nuestra boca?†me pregunta
él.
- “Ya, vale, pero yo querÃa
saber si tengo o no tengo caries o si es imprescindible sacarlasâ€
le vuelvo a increpar.
- Entonces coge un poco molesto y me mira una segunda vez. “Pues
tienes la de la izquierda de arriba picada. Yo sacarÃa las cuatro.
Es que mira Gustavo, ahora tienes 26, luego tendrás 36, 46, y cuando
seas viejo esas muelas del juicio te habrán hecho mucho mal en
tu boca. Cuando una muela sale torcida te desplaza al resto de muelas,
y entonces te dolerá muchÃsimo la boca, te sangrarán
las encÃas, te olerá muy mal el aliento, tu vida se convertirá
en un infierno y al final, no te servirá solo quitarte la muela
del juicio, si no la penúltima o vete a saber…â€.
- “ya pero eso es en el caso de
que salgan mal, pero eso no es siempre, puede que no den esos problemasâ€
le comento.
- “pero como son inútiles,
pues no hay motivo para dejar algo inútilâ€.
De dice.
- “la que tengo picada vale, pero
las de la derecha ya han salido y están perfectamente colocadas,
esas no veo motivo para quitármelas.â€
Le vuelvo a comentar.
- “¿y entonces la que esta
saliéndome como está?¿tiene caries?â€.
Le pregunto.
- “pues esa está….
como está, está ahÃ, no se ve, pero es que es tonterÃa,
son ganas de preocuparse, se sacan y ya está†me
vuelve a sugerir.
- “pues mira, me hago solo la
limpieza, lo de las muelas me lo pensaré y ya pediré cita
cuando me decidaâ€. Dije yo para salir al paso.
Empieza
a hacerme la limpieza y me da una especie de mando con un cable y me dice:
- “Coge esto y cuando de duela
dale vueltas a este botón hacia el +â€.
- “¿pero esto que es?â€,
le pregunto extrañado.
- “pues…. es… una
especie de… anestesia. Es algo nuevo que hemos empezado a usar nosotros….â€
Me dice.
Yo paso de preguntarle más y le dejo que empiece, me la suda el
aparato, tu no me hagas daño y punto.
…
Cuando
termina la limpieza-escabechina, me deja un espejito y coge una especie
de escobilla chiquitita y me dice:
- “Esto es un cepillo que comercializamos
para limpiar entre los dientes, se usa asÃâ€.
Y empieza a meterme el cepillito entre los dientes doloridos.
- “Ves como entraâ€
me dice al introducirlo entre los dientes delanteros de la mandÃbula
inferior.
- “uy, aquà no entra,¡uy!
Aquà tampoco. En las muelas seguro que entra…. ¡Uy!
Pues no entra, ¡uy! ¡Uy!, vaya pues no le vamos a poder vender
uno de estos a Gustavo, no le entran†le dice
a su ayudante después de hincarme el cepillito en varias de las
encÃas doloridas y ahora ensangrentadas.
- “eso va a ser que las muelas
del juicio están apretando las muelas…â€
me suelta.
“A VER PEDAZO DE GILIPOLLAS, SI YO TENGO LAS MUELAS DE PUTA MADRE, SI TODA LA VIDA HAN ESTADO ASà DE JUNTAS, PORQUE ME SUELTAS ESAS GILIPOLLECES, PEDAZO DE SUBNORMAL†me dieron ganas de decirle, pero no se lo dije, me calle, pague y me piré. Ya iré a un dentista con algo de rigor y que me demuestre que realmente es necesario quitarme las muelas.